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Seguimos siendo un grupo de izquierda
FuentePeriódico: LA TERCERA Fecha12 Junio 1997 PaísChile


Edición transcrita/traducida

Quilapayún está en el país para tocar en vivo:

Rodolfo Parada, director musical, habla de la esencia del grupo hoy y anuncia una nueva producción para 1998. Contendrá los tópicos que mueven al "Quila" actual, su lucha que "va contra el modelo de hombre moderno, por la solidaridad.."

Nacieron en 1965 en círculos universitarios, se convirtieron en el conjunto musical más emblemático de la izquierda política y en 1973 no volvieron nunca más de Europa, continente en el que estaban haciendo una gira cuando se produjo el golpe militar. Se radicaron en París y en los 80 se desligaron del Partido Comunista.

Desde entonces han retomado sus profesiones, pero jamás, dicen, han dejado de ser Quilapayún. Con integrantes nuevos y viejos y con algunas deserciones, su última producción discográfica fue en 1993 con el nombre de Latitudes. Para marzo de 1998 viene la otra.

Quilapayún está nuevamente en Chile, luego de su última visita en enero pasado. Vienen a realizar tres pequeñas presentaciones, dos en Santiago y una en Iquique y, además, estudiarán detalles para un gran montaje de la Cantata de Santa María en una salitrera en noviembre.

"Nosotros hacemos un disco cuando tenemos la necesidad de expresar algo. Fue una forma de recuperar nuestra libertad y es un gran privilegio salir de la ansiedad. Dentro de esa lógica nos parece oportuno hacer ahora la Cantata y luego volver a mostrar lo nuevo que estamos componiendo”, dice Rodolfo Parada, Director del grupo, recién llegado al país.

COSA DE ILUSIÓN

-Pero el público siempre pide temas como La Muralla, El Pueblo Unido, el Veneremos.

- Eso nos va a pasar hasta que nos muramos, porque son parte del repertorio nuestro y porque son canciones de combate, de esperanza, que infunden ilusión. Pero esto no significa detener nuestra evolución. Siempre hemos estado vinculados a
músicos académicos, como Luis Advis, Sergio Ortega, Cirilo Vila. Y nuestro trabajo siempre ha sido la búsqueda de una identidad chilena. Por ahí va nuestra línea.

-Aunque siguen tocando La Batea

- Sí, pero con otra letra. Ya no podemos hablar de los momios cruzando Uspallata o de Merino porque está muerto.

-¿Uno de ustedes dijo hace un tiempo que el Quilapayún había sido utilizado políticamente?

- Yo lo dije porque nos dejamos instrumentalizar, y la gente tiene una visión instrumental de la cultura.

-Pero ustedes eran militantes comunistas.

- Lo fuimos en un momento en el que había que tomar partido, y por eso nos han calificado siempre como un grupo de protesta. Pero eso es una mirada parcial de nuestro trabajo. Seguimos siendo de izquierda, sólo que los valores ahora son otros. Nuestra lucha va contra el modelo de hombre moderno, por la solidaridad.

-¿Les complicó esa imagen tan asociada con la política?

- En un momento nos favoreció, pero cuando se acabó la lucha por la democracia tuvimos que levantar la voz para decir que no se acababa Quilapayún, que nosotros somos artistas por sobre todo.

-Los Quincheros cumplen 60 años. ¿Le harían una versión del Patito?

-(ríe) No. ¿Para qué?