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A las puertas de Chile
FuenteRevista: PAROLES ET MUSIQUE FechaMarzo 1984 PaísFrancia


Edición transcrita/traducida

Siete conciertos, setenta mil espectadores. El grupo chileno Quilapayún regresa de Argentina. Una gira significativa en más de un sentido. Cantaron en Buenos Aires y en Mendoza, al pie de la Cordillera de los Andes, a pocas horas en auto de Santiago de Chile. Chárteres, buses, caravanas de autos cruzaron la frontera para traer a un público de fervientes seguidores cuya memoria no ha sido mutilada por las circunstancias. Pero también, hay que destacarlo, una mayoría de jóvenes. Diez años después del golpe militar que le costó la vida a Salvador Allende, el símbolo funciona mejor que nunca.

En Argentina, Quilapayún cantó, a pedido: "Plegaria a un labrador" (de Víctor Jara), "Tío Caimán" (un clásico del grupo), "La carta" (de Violeta Parra), "Pido castigo" (de Pablo Neruda), "La muralla" (de Nicolás Guillén), "La batea" (otro clásico del grupo), "El pueblo unido" (de Quilapayún y Sergio Ortega). Canciones que no han perdido nada de su resonancia. Canciones de circunstancias, justamente.
A su regreso a Francia (y antes de su próxima presentación en París*), nos pareció oportuno reunirnos con el grupo que sigue siendo el embajador cultural —en el exilio— del Chile de las libertades.

—¿Qué se siente al cantar casi en la puerta de casa, después de diez años de exilio?

—Una verdadera sorpresa, porque vinieron muchos jóvenes, lo que nos da mucha esperanza. Se decía tanto sobre la muerte de nuestra música en Chile… Nuestros amigos, nuestros familiares, personas que no habíamos visto en diez años, vinieron. Nos apropiamos de la ciudad de Mendoza, que es muy bella en primavera, llena de flores y sol. El paisaje es el mismo que en Santiago, el aire igual de liviano, igual de transparente.

No podíamos dar dos pasos por las calles sin toparnos con chilenos que nos abrazaban, se sacaban fotos con nosotros, nos pedían autógrafos. Fue realmente una fiesta. Y la noche del concierto, revivimos los mejores momentos de la Unidad Popular. En el público, los carteles decían: “¡Los esperamos en Chile!”

—¿Cuántos chilenos había en ese público?

—¡Más de mil quinientos!

—¿Sólo amigos?

—¡Quizás no! Pero, de todos modos, la situación económica en Chile no permite que todos puedan desplazarse.

—¿Cuál es el significado profundo de este encuentro para ustedes?

—¡El reencuentro con “los nuestros”, con nuestro paisaje! El eco en el público es muy distinto, y no solo por las canciones que no imaginábamos que pudieran ser tan conocidas. Pensábamos que habría que partir de las canciones antiguas para llegar a las nuevas. Pero ocurrió algo interesante: nuestra orientación actual recibió una excelente acogida. En realidad, no sentimos ninguna diferencia entre la recepción de nuestro trabajo de ayer y el de hoy.

—¿Cómo reaccionó la prensa chilena frente a este encuentro?

—Tuvimos algunas portadas en revistas y semanarios, y nos dijeron que esas revistas estaban en todos los quioscos. El semanario Hoy, uno de los más importantes, nos dedicó cinco páginas. No podíamos entrar a Chile, pero nuestras fotos estaban en todas las calles de Santiago y en todas las grandes ciudades del país.

—¿La radio los había olvidado?

—En absoluto. Durante la semana previa a nuestro concierto en Mendoza, una radio de Santiago transmitió el concierto en Luna Park, en Buenos Aires. Eso significa que ya estamos en Chile, que el espacio para nuestra música ha sido completamente recuperado. Por ahora, eso es lo más importante para nosotros…

—¿Pero para el público, cuál fue el significado de su paso por Argentina?

—Hemos adquirido una fuerza simbólica muy importante. La gira tuvo un éxito inesperado: llenamos tres veces el Luna Park, el estadio más grande de Buenos Aires. Quince mil asistentes cada vez. En total, nos encontramos con unas setenta mil personas en Argentina. Una verdadera movilización.

—Han golpeado seriamente el muro del silencio…

—¡Ha sido completamente destruido! La verdadera canción chilena comienza a reaparecer, y para quienes cantan en Chile eso es muy importante. Muchos jóvenes artistas vinieron a escucharnos por primera vez. Fue una forma de transmitir toda una experiencia.

—¿Cómo ven el futuro ahora?

—Con muchísima esperanza. Es casi seguro que, en el Cono Sur, la historia avanza hacia la democracia. Lo que está pasando en Argentina es muy significativo. Ha llegado la primavera, la gente vuelve a salir.

Estamos lejos de los días grises en que todos tenían miedo; las calles de Buenos Aires vuelven a estar llenas de gente hasta las tres de la madrugada, ¡es fantástico! Los culpables de las desapariciones están siendo juzgados, los militares responsables de la guerra de las Malvinas también. Todos los militares chilenos están mirando en este momento hacia el otro lado de los Andes. Si las cosas siguen evolucionando positivamente en Argentina, será difícil que en Chile aún haya quien quiera seguir torturando…

Gérard CLERY


Quilapayún es (de izq. a der.):
Guillermo Oddó (guitarra y percusión, barítono), Rodolfo Parada (guitarra e instrumentos de viento, barítono), Ricardo Venegas (guitarra e instrumentos de viento, bajo), Hugo Lagos (instrumentos de cuerda y viento, bajo), Guillermo García (guitarra y percusión, barítono-tenor), Hernán Gómez (guitarra y charango, barítono-tenor), Carlos Quezada (percusión, tenor)… así como Eduardo Carrasco (instrumentos de viento, bajo), quien ya no se presenta en escena, pues ahora se encarga de la dirección musical del conjunto (dibujo de Anne Thillaye).

DISCOGRAFÍA DE QUILAPAYÚN

Quilapayún ha grabado numerosos álbumes: 11 en Chile (con ediciones en América Latina, España, Italia, Portugal, RFA, EE.UU., URSS, Japón, Escandinavia, Países Bajos, Suiza, Líbano, RDA, Hungría, Australia, Inglaterra...) y 16 en Francia (todos con Pathé-Marconi):

* 1971: Basta (2C 062-92678).
* 1972: Santa María de Iquique (2C 062-92679).
* 1973: Cueca de la libertad (2C 062-81545).
* 1973: Por Viet-Nam (2C 062-94151).
* 1975: Les flûtes chiliennes de Quilapayún (2C 062-80687).
* 1975: El pueblo unido jamás será vencido (2C 064-81827).
* 1975: ¡En avant! (2C 066-97207).
* 1976: Patria (2C 068-98285).
* 1977: Enregistrement Public (2C 066-14402).
* 1977: La marche et le drapeau (álbum doble, 2C 150-99461/2).
* 1978: Santa María de Iquique, versión francesa (2C 068-14578).
* 1979: Umbral (2C 070-14812).
* 1980: Alentours (2C 070-63668).
* 1981: Darle al otoño un golpe de ventana para que el verano se llegue hasta diciembre (2C 070-72248).
* 1982: La revolución y las estrellas (2C 070-72562).
* 1983: Quilapayún cantar a Neruda (172 768 1).

*En el Olympia, del 12 al 24 de junio próximo.