Su casa fue saqueada, su país devastado, sus libros quemados en las plazas públicas, pero Pablo Neruda, como si todavía esperara que su voz resonara más allá del tiempo de los asesinos, había declarado la guerra a la guerra, con obras maestras poéticas, con golpes de poesía.

Como Agrippa d’Aubigné en sus “Trágicos”, como Victor Hugo en sus poemas de exilio, como Aragon en El Crimen del Sr. Cottard o en El Chagrín y la Piedad, Pablo Neruda había gritado su verdad en el Museo de la Vergüenza.

Pero su testimonio no era solamente el del horror, de los campos y las cárceles. Era también el del amor, del pueblo, de los hombres.
Homenajeado en vida, Pablo Neruda ha sido hoy elevado a la solidaridad con su pueblo en guerra civil:

“No quiero la patria dividida. No la quiero sino con siete cuchillos, con siete puertas donde entren los siete rayos”.
Pero desde Chile, la luz florece sobre la nueva casa erigida. Sostenemos con firmeza la tierra humana.”

…Lo que él denunciaba no eran mitos, sino criminales enloquecidos por su propia elegancia, aquellos que decretaban la huelga de los “señores refinados”, las damitas pretenciosas de los barrios altos que jugaban con la sartén, los traficantes y conspiradores de toda clase.

Para recontar la historia de Neruda, la del esperanza compartida, la del largo camino del horizonte hacia el horizonte, la de las luchas, de las traiciones, de la violencia, del asesinato de Salvador Allende, de la masacre del pueblo chileno, un grupo de comediantes de Brive (Théâtre de l’Escribille, grupo de Poesía) y el grupo Occitano de Poesía y Cultura de Brive presentará un montaje de poemas (sobre música de Bernard Dubanchet) el martes 11 de diciembre a las 21:00, con motivo del recital del grupo chileno Quilapayún, organizado en exclusiva para la región por Peuple et Culture.

Las entradas pueden retirarse gratuitamente, pero sólo hasta el 6 de diciembre, con los responsables de P.E.C. en:
P.E.C., Les Condamines, 19000 Tulle

Recorte de Prensa

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