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Quilapayún Vuelve para Emprender gira por Chile en el Verano de 1997
FuentePeriódico: EL MERCURIO Fecha6 Octubre 1996 PaísChile


Edición transcrita/traducida

En su primera visita desde 1988, el grupo nacional radicado en Francia ofrecerá siete presentaciones entre el 14 de enero y el 3 de febrero en
Santiago, Viña, Concepción y Olmué.

Aunque lleva 23 años radicado en París, Rodolfo Parada viaja a Chile al menos una vez al año para visitar a su familia y su suelo natal. Tal como hacen sus seis compañeros de trabajo en ese país. "Para recuperar un poco los olores, las sensaciones" explica. Pero la próxima visita en su agenda será la primera en los últimos siete años en permitirle llegar con todos ellos a hacer una gira por Chile, bajo el nombre con que llevan 30 años sonando Quilapayún.

El grupo nacional, uno de los más importantes del movimiento de la Nueva Canción Chilena en los años '60 y exiliado en Francia en 1973, volverá a Chile a comienzos de 1997 para ofrecer siete conciertos entre el 14 de enero y el 3 de febrero. Dos de ellas tendrán lugar en el Teatro Teletón, dos en el Teatro Municipal de Viña, dos en el Teatro Concepción y una en el Festival de Olmué, según anunció la productora local Macondo y confirmó en París Rodolfo Parada, director del grupo.

Serán las primeras presentaciones colectivas de Quilapayún en el país desde su visita de septiembre de 1988, cuando tocaron en el Estadio Santa Laura de la capital. "Aunque todos hemos estado, visitando Chile en estos años", explica Parada al teléfono. "No con la frecuencia que quisiéramos, pero no estamos perdidos de lo que está pasando en Chile.

”VAMOS A PONERNOS AL DIA”

Con tres décadas de carrera cumplidas en 1995, los integrantes de Quilapayún manejan una nomenclatura específica para las generaciones de músicos que han pasado por sus filas, según explica Parada: los fundadores, los históricos, los del exilio y los activos.

Tras el alejamiento en 1988 de Eduardo Carrasco, director del grupo hasta entonces, Quilapayún llegará con los integrantes de las tres últimas generaciones que componen su actual formación: Patricio Castillo (que ingresó en 1965), Hernán Gómez y Rodolfo Parada (1967), Hugo Lagos, Guillermo García y Patricio Wang (1972) y Daniel Valladares (1990), integrado tras su paso por Ortiga.

"La idea en Chile es mostrar las canciones más conocidas como «La muralla» o «Plegaria a un labrador» y nuestros últimos discos", explica Parada, entre cuyos recientes álbumes algunos de ellos disponibles en Chile figuran "Darle al otoño" (1980), "Umbrales" (1981), "La revolución y las estrellas" (1983), "Survarío" (1987), "Sinfonía para los tres tiempos de América" (1990, una obra de Luis Advis grabada junto a Paloma San Basilio) y "Latitudes" (1995).

El actual repertorio de Quilapayún incluye adaptaciones del folclore y una mayoría de canciones de su último álbum, como "Latináfrica”, "Fuerzas naturales" o
"Creer es ver", construidas a partir de malambos, candomblés, bossa nova y otros ritmos latinoamericanos. "Pero esos ritmos están escondidos, desestructurados y reestructurados" explica Parada.” Nos interesa partir de la tradición que hay en nuestros corazones y nuestra sangre, pero al mismo tiempo reeditarla. No repetir la tradición al modo de un grupo folclórico, sino encontrar nuevos estímulos sonoros y creativos"

El grupo fue invitado en junio a hacer su nueva gira nacional "No queríamos ir a Chile en cualquier condición, formando parte de un elenco más grande o de cosas poco personalizadas. Queremos mostrar lo que sabemos hacer y restablecer un diálogo perdido hace bastante tiempo. Vamos a ponernos al día", dice el director del grupo, que en la visita de 1988 compartió el escenario con Keko Yunge y Congreso.

"Entonces Chile empezaba a abrirse de nuevo a cosas que la gente no había tenido ocasión de ver" agrega. "Creo que hoy hay una búsqueda de reencuentro con la identidad que necesita a la historia y la memoria. Y ése es un cuadro al que podemos aportar”.

- ¿Qué esperan de la recepción que tendrán en Chile?

"Lo único que queremos es cantar para la gente, y esperamos que reconozcan en nuestra expresión elementos de identidad nacional. Me parece que hay un interés, por las ventas de discos y por que la propuesta de ir no fue la única que tuvimos en el año”.

Aparte de "Latitudes", los discos más vendidos de Quilapayún en Chile son «Cantata Santa María de Iquique» Y «Basta!», dos álbumes editados durante la etapa más comprometida del grupo con el ideario de la Unidad Popular y más caracterizada por las barbas y ponchos negros que en la época compartieron con gente como Inti Illimani, Aparcoa o Los Curacas. Hoy, desvinculado del Partido Comunista desde 1979, Quilapayún llegará a Chile despojado de varias de esas señas y con instrumentos como baterías, sintetizadores y samplers entre su equipaje.

"Lo que buscamos es llevar adelante la exigencia de la modernización de nuestra música a partir de la tradición", dice Parada. "Sintetizar la tradición con elementos de otras culturas, música clásica, experimental o juvenil, con libertad total. Y eso es lo que siempre buscamos, independientemente de una opción política que a menudo se sobrepuso a un intento que siempre tuvo un contenido extremadamente cultural”.

- ¿Hay público que los sigue identificando por esa filiación?

"El mundo ha cambiado tanto que si para alguien eso sigue siendo importante, es un público muy marginal. Son los más nostálgicos de un tiempo que ya se terminó. Esto no significa que el Quilapayún no siga atento al movimiento del mundo. Militantes o no, somos sensibles a las injusticias y atentados contra los derechos humanos”.

- Eduardo Carrasco acaba de grabar en Chile un álbum como solista donde también reformula su música. ¿Qué les pareció el disco?

"Digamos que cada uno tiene derecho a expresar como siente. Toda obra creativa es bienvenida"

- ¿Conocen la música que está sonando en Chile?

"Yo creo que las cosas más interesantes surgirán en Chile cuando recuperemos integralmente nuestra memoria. Es un proceso largo y no depende sólo de la música. Illapu e Inti Illimani han hecho un gran trabajo por rearmar esta opción que surgió en los años '60 y que va a depender de su capacidad de comunicar ante los jóvenes de ahora. Es un desafío creativo que apela a la imaginación. La memoria es la fuente más fructífera de la imaginación”.

David Ponce