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Para Quilapayún volver no es determinante
FuentePeriódico: LA ÉPOCA Fecha26 Febrero 1995 PaísChile


Edición transcrita/traducida

Asegura desde Francia Rodolfo Parada, director artístico del grupo musical

Desde hace seis años que Quilapayún no visita Chile. Ganas no han faltado, según Rodolfo Parada, director artístico de la agrupación, pero diversas circunstancias han impedido que esto se produzca por ahora. El grupo, radicado en Francia, actualmente está conformado por Patricio Wang (director musical), Hernán Gómez, Hugo Lagos, Guillermo García, Patricio Castillo y Daniel Valladares.

Su última visita se gestó en 1988 con motivo del plebiscito y luego en gira nacional en enero de 1989. "Más tarde propusimos nuestra presencia benévola para acontecimientos nacionales y unitarios pero no hubo eco institucional. No obstante, en este aspecto, nuestra disponibilidad sigue siendo la mayor, porque nos interesa la evolución cívica del país y nos interesa el contacto más frecuente con nuestro pueblo. Ahora, desde el punto de vista profesional, me parece que en Chile se está viviendo un periodo de apertura cultural. Pero, al mismo tiempo, esto confunde a los promotores y crea un clima favorable para una valoración más profunda de la música nacional. Esperemos que la lucidez llegue con el tiempo", afirma Rodolfo Parada.

Ejercitando la chilenidad

Durante este tiempo, agrega Parada, se han producido varios cambios. "El más importante de todos está en el espíritu general. Hoy vivimos nuestra pluralidad cultural con mayor naturalidad y sentimos que ya nos despojamos de la nostalgia y de los rollos respecto de nuestras ataduras identificatorias. Sin duda que en esta evolución tiene que ver el hecho de que nuestra obra comienza poco a poco a ser valorada en su real dimensión artística, más allá de la percepción puramente poli-tica que pudo haber tenido en un momento”.

Esa idea queda refrendada, explica Parada, en el premio que les otorgara la OEA en marzo del 94: "cuando el secretario general de este organismo justifica la distinción en función del aporte del grupo a la renovación del concepto de música tradicional, a través de la incorporación de los recursos musicales de América Latina y Europa, tenemos razones para pensar que hoy somos comprendidos de manera más integral. Todo esto significa nuevos grados de libertad, la posibilidad de mostrar de manera más suelta nuestra propia experiencia tanto como seres humanos que como artistas. En lo concreto, hemos desarrollado todo un trabajo sobre la renovación de nuestro sonido, transformando un poco nuestro discurso sonoro”.

"Pero jojo!", advierte Parada, "en cualquier caso nosotros no nos desentendemos de nuestro pasado. Por el contrario: dentro de lo que hicimos anteriormente hay cosas que tienen un gran valor, que siguen en pie y que tendrán que ser recuperadas, tarde o temprano, por la memoria colectiva. Es el caso de la Cantata Santa María y de varias canciones antiguas (La muralla, Plegaria a un labrador, entre otras además de muchas obras que la gente en Chile ni siquiera conoce”.

- ¿Tienen una visión de cual es la política cultural del gobierno y cómo se insertan ustedes en esa nueva realidad cultural?

- Nosotros seguimos con atención lo que se hace en Chile en el terreno de la cultura. Pero no tenemos conocimientos de la existencia de un Proyecto Cultural de largo aliento. A lo mejor es una falta de información nuestra. Pero en cuanto a nuestra inserción dentro de la nueva realidad te podría decir lo siguiente.
Hay que acostumbrarse a la idea de que muchos chile-nos, cientos de miles probablemente, se quedarán viviendo fuera del país por largo tiempo aún. Y algunos, hasta definitivamente. Todos estos chilenos del exterior constituyen también una parte del país, una rama del mismo árbol; chilenos que en esa gran mayoría fueron obligados a vivir Chile de otra manera, pero que igualmente forman parte de la comunidad nacional. Para hablar sólo de los "profesionales de la cultura, hay cineastas, pintores, poetas, gente de teatro, músicos, cantantes..., que configuran toda una cultura chilena muy rica -que podríamos llamar "Cultura Chilena del
Exterior”- y que comprende obras artísticas, preparación profesional, costumbres, relaciones humanas, visiones de mundo. Esta "Cultura Chilena del Exterior" debe participar en la vida nacional porque es una cultura viva, en a actividad, que sigue desarrollándose, pero que tienen su razón de existir más profunda en la pertenencia a un territorio y a una conglomerado humano que se llama Chile.

Según Parada, cualquier Proyecto Cultural tendría que complementarse con algunas medidas que permiten un diálogo permanente, "para que esta cultura del exterior, de alguna manera, se relacione, participe, de opiniones y enriquezca lo que se está haciendo como política cultural dentro del país. Las relaciones con esta cultura del exterior deberían ser parte de la política
Cultural del Gobierno”.

Lo contrario, según el músico, "sería transformar a los chilenos del exterior en responsables de su destino paradojal: no poder volver ahora que jurídicamente es posible. En este aspecto, las iniciativas originales que está desarrollando el nuevo embajador de Chile en Francia, José Manuel Morales, quien pretende ligar concretamente a los actores culturales chilenos residentes en Francia a los acontecimientos culturales que tienen lugar en Chile mismo, nos indican que una política global respecto de la cultura chilena del exterior es aún posible"

-Pero el retorno ¿para cuándo?

- La claridad respecto del retorno yo creo que la tiene muy poca gente, porque este no es un problema que se pueda dirimir de manera administrativa. Volver a Chile no es ni siquiera una cuestión de voluntad porque el telurismo lo tenemos todos. Yo creo más bien que es una cosa muy con-creta. Depende de la situación personal y familiar como también de las posibilidades que se tengan adentro y fuera para seguir realizando su trabajo. Respecto del Quilapayún, imagínate, ¡ya es difícil para una familia decidir su retorno, cuanto más lo será para siete juntas! Por ejemplo, desde el punto de vista personal, nosotros tenemos una situación hiper complicada. Casi todos nuestros hijos han nacido y han sido escolarizados completamente aquí. De nuestras mujeres, cinco son francesas que trabajan y tienen una vida profesional. ¿Quién se exilia ahora? ¿La mujer, los hijos? ¿Qué posibilidades de trabajo hay en Chile para todo este mundo?

- Pero hay alguna gente que va a pensar que ustedes tienen un abandono del compromiso. Porque si bien ustedes no escapan a la realidad de todos los chilenos que quedaron fuera, cuando se habla del Quilapayún es distinto en la medida que el grupo jugó un papel particular.

- En el fondo usted está planteando que el Quilapayún debería toma la decisión "política" de volver. Y a estas alturas de la vida, después de todo lo que el país ha tenido que vivir y después de todo lo que nosotros hemos trabajado por el retorno de todo de la democracia en Chile, yo creo que existe la madurez necesaria como para mirar este problema en función de una realidad humana y profesional, sin más. En este sentido, dejemos que el tiempo haga su camino. Además, de acuerdo a lo que conversamos anteriormente,

- Pasando a otro tema ¿Uds. han escuchado la crítica de que dejaron de ser los "artistas del pueblo”?

- El pueblo chileno somos todos los que vivimos de nuestro trabajo y que aportamos a la idea que nos hacemos de nuestro futuro común. Somos todos los que hacemos a Chile y a todos pertenece nuestro canto. Y nuestra temática se nutre de infinitos motivos, sin otro filtro que nuestra propia sensibilidad... que por lo demás hoy día está más despierta y enriquecida con lo uni-versal. Que tengamos una sensibilidad particular por los que viven una situación social subalterna y la pasan mal, siempre ha sido así y así seguirá siendo el Quilapayún. Está en nuestra historia y responde a nuestra constitución personal. Pero esto no significa que nos interesa sólo ese aspecto' de la vida nacional. Ni mucho menos que nuestro canto sólo pertenezca a una parte de Chile. Por el contrario, creo que gran parte de nuestra obra -así como la de muchos otros compañeros de canto--- debería ser considerada como parte de nuestro patrimonio cultural nacional.

- ¿Ese tipo de crítica no tendrá que ver con el hecho de que ustedes se fueron del Partido Comunista?

- ¡Puchas, es una historia super vieja! Lo que pasa es que cuando nosotros abandonamos el PC el año 1980, de lo que nos apartamos fue de un mundo cultural que concebía este tipo de cosas de otra manera. Pero no nos fuimos del PC para hacer anticomunismo ni tenemos ninguna necesidad de hacerlo. Simplemente porque hoy día estamos en otra. Por ejemplo, y en términos teóricos, hoy día estamos lejísimos de aquella relación instrumentalizadora del arte por parte de la política.