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Entretenido Concierto En Estadio Sta. Laura
FuentePeriódico: EL MERCURIO Fecha3 Febrero 1989 PaísChile


Edición transcrita/traducida

Cuatro horas y media duró el concierto que ofrecieron, desde la tarde del miércoles hasta la madrugada de ayer, los grupos Congreso y Quilapayún y el cantautor Keko Yunge y su grupo La Base Antártica. El espectáculo se inició con una hora de inexplicado (e inexplicable) retraso. Asistieron siete mil personas, cifra inferior a la esperada.

A las 21 horas abrió el show Keko Yunge. Comenzó con temas suaves: "Siglo XX". Mantuvo desde el principio un excelente sonido, pero la iluminación que lo acompañó fue improvisada y sin gracia, al punto que siempre llegó tarde, o definitivamente no llegó, al centro de interés de cada momento. Luego, Yunge cantó "El llamado", tema que grabó originalmente con María Rosa Yorio. El cantante se mostró seguro en su voz, sin desafinaciones demasiado notorias y ya se empezó a notar el buen desempeño de sus músicos: Ángel Parra, en guitarra; Pablo Lecaros, bajo; José Miguel Miranda, teclados; Tan, batería, y Sebastián Piga, saxo.

Siguió con "Qué quieren que diga”, "Fotos”, "Nirvana”, temas rockeros, imaginativos en lo rítmico, con buenos arreglos. Luego presento a un "muy querido amigo” al escenario para que lo acompañara en guitarra. Pasaron varios minutos, mientras Keko afinaba una guitarra (que debió haber estado lista desde mucho tiempo antes) y luego de una increíble falla en una conexión (que produjo un ruido más o menos notorio) Yunge cantó "Algo más que dos amigos", el primer hit de su carrera. El amigo en cuestión hizo un arreglo altisonante y rebuscado. Luego sacó aplausos por su virtuosismo.

Yunge. no estaba en situación de demorar el show: el público no era rockero, su show fue de ocho temas nuevos y tres antiguos e, incluso, había hacia él un cierto rechazo ideológico que pudo jugar en su contra. Su actuación tuvo buenos momentos, pero también recibió pifias. Lo del guitarrista y por lo menos un tema, sobraron. De todas formas, fue una actuación honorable. Keko Yunge está en el camino correcto y, con un nuevo disco a su favor, su esfuerzo será mucho más valorado. Ar monias interesantes y un trabajo poético mejorado, aunque todavía con momentos menores, lo hacen un buen exponente del rock. Terminó su hora diez minutos de actuación con un gran tema, "Ven a bailar conmigo”.

A las 22.35 subió al escenario el grupo Congreso, que en una hora de actuación demostró que es uno de los mejores grupos chilenos de la actualidad: Tuvo una actuación especialmente vi brante y fue muy bien recibido. Sonó bien, pese a la ausencia de Hugo Pirovic. El primero de sus once temas fue "Hermano tu canto me recuerda" El sonido, de ahí para adelante, tuvo varios acoples (zumbidos en los parlantes) y una conexión defectuosa en el bajo. Siguieron "Canción de Kwnambe”, "La Iguana”, “Nocturno”, “La primera procesión”, "Calipso intenso, casi azul". Sus canciones son imaginativas, eruditas armónica y rítmicamente, exquisitamente arregladas, con matices muy logrados y con buenos textos. Los músicos de Congreso son, todos, solventes y, algunos de ellos, muy virtuosos. Un gran aplauso y un bis cerraron su actuación.

Cinco minutos después de las doce comenzó a cantar Quilapayún. Un show distinto en concepto al del Teatro California, pero con las mismas canciones. Con su solvencia acostumbrada, Quilapayún interpretó 17 temas y tuvo que hacer tres bis. "La carta de Violeta Parra; "Te recuerdo Amanda", de Victor Jara; “Canto negro”; El Rondó de la Suite Nº2, de Bach; "Eleanor Rigby" de Los Beatles; "Mi patria”. Todo terminó con "El pueblo unido”, “Tío Caimán" y "La Batea", con letra distinta a la original, insistentemente pedida por el público.

A pesar de que el escenario se vio permanentemente invadido por foto-grafos, que algunos guardias se dedicaron a amenazar al público en lugar de ofrecer seguridad y que se escucharon algunos gritos políticos. redundantes y majaderos, fue, finalmente, un buen concierto.

I.V.