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Quilapayún revitalizó su estilo y su fecunda facultad creadora
FuentePeriódico: TIEMPO ARGENTINO Fecha16 Abril 1986 PaísArgentina


Edición transcrita/traducida

Con lleno total de un público entusiasta, el conjunto chileno demostró, también, un plausible eclecticismo

Si hay algo que caracteriza las presentaciones que el conjunto chileno Quilapayún ofrece en Buenos Aires anual-mente, ésta es la emocionante recepción que encuentran en el público porteño; esto quedo demostrado, una vez más, en sus actuaciones ofrecidas este fin de semana en el Teatro Coliseo, con lleno total, y donde no faltaron las banderas latinoamericanas y consignas desaprobatorias a los regímenes autoritarios. También se lo aprecia por la incesante búsqueda de nuevas dimensiones musicales, partiendo de aquella revalorización del folklore que, desde un principio, hace más de veinte años, adoptaron como meta. Esta vez haciendo uso de esa raíz autóctona, combinada con el libre talento individual de sus integrantes. Se desprende entonces que Quilapayún, en líneas generales, trata de relacionarse con nuevas temáticas, con lenguajes más poéticos y no tradicionales evitando que todos sus temas están relacionados con la dramática situación política y social que vive Chile, el leitmotiv de su existencia durante muchos años.

Sin duda la temática puede no ser del agrado de muchos, pero, dejando de lado la polémica, sería injusto pretender que músicos de talento e ingenio estén condenados a sobrellevar indiferentes, en el exilio (como si esto no fuera suficiente), los fantasmas del pasado. Ello no significa que no sea válida la utilización de la canción como método de denuncia compartida por la mayoría de los pueblos de este continente.

Quilapayún combinó con perspicacia y humor una temática de buena elaboración y madurez interpretativa. Así le cantaron, con alma de tango a "Las mujeres de Buenos Aires'' también, como para demostrar hasta dónde llega su conocimiento de autores clásicos, y con la misma soltura, temas de "La flauta mágica y "Rondeau de Bach”, de Mozart Como la música no tiene fronteras ideológicas, abordaron una versión instrumental de "Eleanor Rigby", el mejor homenaje que Quilapayún le dedicó a la genialidad y al talento de John Lennon y Paul McCartney. También dieron cabida a ocurrencias propias como "Hay que encerrar a Pinochet en la capilla Sixtina, hasta que pida perdón”, risueña imagen que motivó júbilo y aplauso sostenido de los presentes. "Pido castigo”, “Canto negro”, "Es el colmo que no dejen entrar a la Chabela” (de enorme dramatismo que refleja el tortuoso peregrinar de Isabel Parra, impedida de retornar a su patria), "Malembe”, sátira a la figura del dictador chileno, "América latina" y "'Tutti Frutti', entre otras, fueron interpretadas magníficamente por Rodolfo Lillo, Carlos Quezada, Guillermo Oddo, Luis Hernán Gómez, Guillermo García, Luis Hugo Lagos, Ricardo Venegas y Patricio Wang.

En resumen, un recital de Quilapayún con su estilo, su calidad y su incansable búsqueda, a través del canto, de la libertad añorada. La vestimenta del conjunto nos dio la imagen de verdaderos ángeles negros, transformados en portavoces del ánimo profundo del pueblo chileno.

Pablo Montero