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Quilapayún: Chile en la Place des Arts
FuentePeriódico: LE McGILL DAILY Fecha6 Octubre 1981 PaísCanadá


Edición transcrita/traducida

Quilapayún nació en Chile en 1965, en un período turbulento en el que el pueblo chileno buscaba su unidad. Su primera aparición corresponde a la época en que comenzaba a imponerse el movimiento social y a desarrollarse el interés por el folclore auténtico. Quilapayún es entonces una expresión fiel del arte que surgió en esos años.

En 1966, ya había alcanzado una dimensión nacional. Esta notoriedad se debe a la calidad del grupo, a su carácter renovador, y gracias a la presencia de Víctor Jara, director artístico del conjunto durante tres años. Su fama pronto se extiende más allá de las fronteras y, en 1973, el presidente Salvador Allende lo nombra “embajador cultural del gobierno chileno”. Gracias a sus recitales en más de treinta países, su celebridad se ha vuelto internacional.

Desde septiembre de 1973, Quilapayún ha hallado asilo en Francia.

Continuador del folclore auténtico en el que nació y con los instrumentos que le dieron vida, Quilapayún integra en su repertorio canciones de inspiración popular a las que añade su propia búsqueda vocal e instrumental. Al mismo tiempo, el grupo aborda los cantos de lucha de los pueblos de América Latina y de otras partes. La esencia de la búsqueda de Quilapayún está consagrada a la creación, a la formación de una música nueva cuya riqueza de arreglos se enlaza con la de las armonías.

El conjunto, actualmente compuesto por ocho personas —todos cantantes y músicos sobre el escenario—, basa su trabajo en resaltar el valor vocal e instrumental de cada uno de sus miembros. En efecto, cada integrante es un solista, y el constante movimiento de sus voces principales refleja una reestructuración musical continua.

Su deseo de apertura también ha llevado a Quilapayún a trabajar con compositores de música clásica. Esto ha dado lugar a las “Cantatas”, que desde el punto de vista musical son más que descripciones de hechos reales o religiosos; son, desde el punto de vista musical y formal, piezas cercanas a la música clásica. Pero también, como en el caso de “Américas”, se apoyan en técnicas más avanzadas de la música contemporánea, demostrando que un conjunto popular puede ampliar su campo de posibilidades.

Hoy en día, las voces de Quilapayún se han difundido por todo el mundo, transmitiendo ese canto profundo nacido de las raíces del alma latinoamericana. Su éxito internacional está ciertamente vinculado a la solidaridad con el pueblo chileno, pero también contribuye a difundir su música y poesía por los cinco continentes.

Quilapayún se reclama heredero de Pablo Neruda, de cuyo nombre y obra son símbolo, de Violeta Parra, madre de la Nueva Canción Chilena, de Salvador Allende, y continúa la labor de Víctor Jara, quien los ayudó a nacer.

Quilapayún actuará en la sala Wilfrid-Pelletier de la Place des Arts el 17 de octubre a las 20:30. El 19 de octubre, en el Trioforum del Cégep du Vieux Montréal, Quilapayún presentará la “Cantata Santa María de Iquique”, que narra la masacre de 3.600 mineros en huelga. En esta presentación participará también Pauline Julien.