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Quilapayún: El arte no puede permanecer insensible a los problemas sociales
FuentePeriódico: EL NOTICIERO UNIVERSAL Fecha24 Marzo 1977 PaísEspaña


Edición transcrita/traducida

Quilapayún y su música militante en el exilio

Empezaron a funcionar siendo un trío allá por el lejano 65. Su nombre significa «tres barbudos». Hoy son siete y han tenido que dejar Chile. Algunos no llevan barba pero todos portan a Chile en el corazón. Grandes defensores del movimiento de Unidad Popular conocieron el golpe de Estado de Pinochet cuando estaban en París. Desde entonces la capital francesa ha sido su centro de operaciones. Volcados en una tarea honesta y revolucionaria, dentro de unas posibilidades. explican su credo ideológico con amplia longitud. Su voz es dogmática; su apariencia, convencida Lenta mente las voces de los chilenos exilados van excomulgando a Pinochet y canonizando a Allende. Un sentimiento casi mesiánico va aureolando sus declaraciones. La dura vida del exilio, de la lucha, de la nostalgia. Chile lejos y presente con y en Quilapayún.

Reivindicado lo popular y lo folklórico

«Nuestro papel es, entre otros, el de reivindicar el importante papel de la música popular y folklórica de Chile. Frente a nosotros está la estrategia de USA que quiere sojuzgar a América Latina tanto en el plano político como en el cultural. La Junta de Pinochet es clara enemigo de la cultura popular. Intente asesinar a ésta. Y al artista. Y al intelectual. Han hecho todos los atentados imaginables. Son tanto que podíamos pasarnos horas hablando de ellos. Digamos que contribuyeron a precipitar la muerte de Neruda. Que encarcelaron a Angel Parra. Y, ya lo saben, asesinaron a Víctor Jara. Actualmente los grandes valores chilenos están desperdigados por todo el mundo. A Pinochet le importa un bledo la cultura chilena. A él lo colocaron en el poder Nixon y la CIA, y ahora tiene que pagarle el favor sirviendo a los intereses USA. Nosotros, desde nuestra labor, atacamos este estado de cosas. Somos de la Nueva Canción Chilena y junto con otros muchos denunciamos estos hechos.»

Lucha revolucionaria

«Macemos una lucha revolucionaria y comprometida que juega un papel eficaz. Somos fieles a nuestros principios. Somos artistas politizados. El arte, en América Latina, se politiza. Como se politiza todo. Nadie puede permanecer insensible y al margen de los problemas so-cales. Las luchas de todos los trabajadores repercuten en el ánimo del artista. Esta influencia la sintió Neruda, que es nuestro gran maestro. El nos marcó un camino que hemos procurado seguir. Violeta Parra fue como una hija suya y dio origen a nuestro movimiento. Nosotros difundimos las ideas revolucionarias. Denunciamos la injusticia y a los culpables de que exista. Consideramos que hacemos música «contingente o de «propaganda» o de «panfleto». Este tipo de canción tuvo gran importancia en las elecciones que ganó Allende. Ahora también cumplimos el rol de «agitación, para lograr movimientos de solidaridad con el pueblo chileno. No estamos desligados de lo que acontece allá. Hay fuertes corrientes de canción clandestina y de oposición. Por variados canales llegan a nuestras manos. Ellos mataron a Jara y ahora están viendo su error, pues el movimiento se ha multiplicado como nadie podía imaginarse.»

A España llegaron con retraso

«La primera nación de Europa que le dio la importancia que merece a nuestra canción popular fue Francia. Esto no es lógico, pues debiera haber sido España. Por los motivos que todos sabemos no fue así, y aquí llegamos tardísimo. Casi fue el último lugar de Europa. Ahora vivimos en París porque creemos que es una gran caja de resonancia y así nuestra lucha desde el exterior es conocida en todo el mundo. Cedemos todos los derechos de nuestros discos en pro del pueblo chileno y como nosotros lo hacen todos los de la Nueva Canción Chilena. Nuestra vida es viajar llevando la bandera de Chile. No hacemos canción «de partido» porque pensamos que lo nuestro está por encima de eso. Somos de varios partidos y lo que hacemos es una canción militante. Coincidimos con La Nueva Trova Cubana en varios aspectos, pero también nos diferenciamos en otros. Hace años dimos un recital en Barcelona al que debía seguir otro en Madrid que fue prohibido, ¿motivos?, eso deben decirlo ustedes. Puede que a lo mejor lo que hacíamos no les gustase a las autoridades de entonces. Desde enfonces siempre hemos intentado volver. Y no pudimos hasta hoy. Hacemos dos sesiones por dia al objeto de que nos pueda ver la mayor cantidad de gente posible. Es muy agradable saber que ya se han agotado las localidades.»

Raimundo Martínez