Quilapayún Header Quilapayún - Sitio oficial
El pueblo unido jamás será vencido
FuenteRevista: AJOBLANCO FechaDiciembre 1974 PaísEspaña


Edición transcrita/traducida

"Callados eran los rostros del tiempo que se vivió, oscuras eran las manos en noches de explotación. Los puños duros del pueblo derriban sombra y silencio y hay sombras que nos remecen llamándonos a cantar."

Cuando estas líneas vean la luz del sol, la actuación de "Quilapayún" en Barcelona quedará ya muy lejos. Pero no importa. Lo que de verdad importa es dejar constancia del fervor colectivo con que fue recibido el grupo chileno. Sin publicidad, casi sin promoción alguna, el Palau Blau-grana agotó sus localidades los dos días. Casi diez mil personas alzaron su grito, su canto y su espíritu al compás de las canciones que iba desgranando "Quilapayún". Grupo formado por Víctor Jara, años ha, alzó su voz doliente aunque esperanzada por el Chile del hoy y del mañana. Alzó su canto a Víctor Jara, el compañero muerto -tras tortura y asesinato-, durante la contrarrevolución de Pinochet y demás. Hoy es siempre todavía y la última palabra está aún por decir...

"Compañero perseguido, la ilusión volverá desde el fondo de la Patria con vigor renacerá.
Del obrero malherido que en Pisagua fue a morir, su recuerdo proletario en el pueblo ha de vivir. Llora la Patria sus hijos caídos por bala mortal.
No pudieron siquiera saber lo que es la libertad.
Campesino masacrado en Ranquil o Lonquimay,
con tu sangre, nuevo surco todo el pueblo trazará, y en la plaza ensangrentada la paloma quedará. Es Ramona la que ha muerto. Su valor perdurará".

Los gritos por Chile. Los gritos por la libertad. Los gritos contra el fascismo resonaron en la bóveda del Palau Blau-grana. Y seis hombres enlutados sobre un escenario, pidiendo la asunción de la responsabilidad por parte del público. Seis hombres que estaban fuera de su país el 11 de septiembre de 1973, día de la Gran Matanza. Seis hombres que tal vez
fortuitamente, salvaron sus vidas'. Y el público puesto en pie. Y miles de jóvenes corazones llorando, conscientes del acto que estabanprotagonizando. Ylascatacumbas barcelonesas, vacías durante las horas de los recitales. "Quilapayún". El domingo siguiente actuaron en Televisión Española, donde fueron presentados como un grupo chileno que había fijado su residencia en París. Y el lunes su actuación en un teatro de Madrid fue prohibida por orden gubernativa: se rumoreó que debido a las quejas de la embajada chilena. La imagen de Víctor Jara -masacrados los músculos de sus mufiecas y las manos colgando,
inertes- estuvo presente-en el Palau Blau-grana. Y más tarde también en las Ramblas. Y también el Presidente constitucional, Salvador Allende, con el cuerpo lleno de metralla en el suelo del Palacio de la Moneda de Santiago. Y el extraño suicidio en un hospital del ministro Toha. Hogueras de libros en las calles de Santiago.
Y Pablo Neruda, muerto de pena y desesperanza. El canto de fervor de Maiakovski en 1922, lejana aún su muerte voluntaria: "Yo apunto hacia el futuro el dedo de mis versos; yo
planto en el futuro la mirada de mis imágenes." Tal vez por ello los seis hombres enlutados quisieron terminar su actuación-mitin-lágrima de impotencia-recital-mensaje con un canto de esperanza. Y el público del Palau Blau-grana lo coreó, el alma transida por un mismo dolor ... Un canto que no era canto, que era grito de rabia, de impotencia, de dolor. Pero, mafiana no ha llegado todavía ... El pueblo unido jamás será vencido:

“De pie cantar ique vamos a triunfar!
Avanzan ya banderas de unidad,
y tú vendrás marchando junto a mí, y así verás tu canto y tu bandera florecer.
La luz de un rojo amanecer
anuncia ya la vida que vendrá.
De pie, luchar, el pueblo va a triunfar.
Será mejor la vida que vendrá a conquistar nuestra felicidad, y en un clamor mil voces de combate se alzarán,
dirán canción de libertad,
con decisión la Patria vencerá
y ahora el pueblo que se alza en la lucha con voz de gigante, gritando iadelante! El pueblo unido jamás será vencido.
La Patria está forjando la unidad,
de Norte a Sur se movilizará, desde el salar ardiente y mineral al bosque austral, unidos en la lucha y el trabajo irán. La Patria cubrirán, su paso ya anuncia el porvenir. De pie cantar, el pueblo va a triunfar. Millones ya imponen la verdad, de acero son ardiente batallón, sus manos van llevando la justicia y la razón; mujer con fuego y con valor, ya estás aquí junto al trabajador. Y ahora el pueblo ... ".

En aquel momento todavía no había sido asesinado en Argentina el general Carlos Prats, amigo y colaborador de Allende. Ni Miguel Enríquez, líder del MIR ("Movimiento de Izquierda Revolucionaria"), había caído en lucha con las tropas gubernamentales. Las calles, en ciudades y pueblos de Chile, huelen a sangre. ¿Qué hacer? Como pedían los enlutados miembros de "Quilapayún", que cada uno sepa ser responsable. Y que recuerde que Chile, pese a ser un símbolo, está lejos...

Claudi Montañà