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El Nuevo Canto de Chile: Quilapayún
FuentePeriódico: CLARÍN Fecha20 Diciembre 1972 PaísArgentina


Edición transcrita/traducida

LOS QUILAPAYUN, intérpretes de la sólida Cantata Santa Maria de Iquique, fundamentan sus trabajos en lo expresión, en el contenido del cancionero que divulgan.

Nuevamente estuvo en Buenos Aires el conjunto chileno Quilapayún, uno de los nombres folklóricos más importantes de América latina. Un público fervoroso los escuchó durante cuatro días de actuación, en los que nuevamente resaltó un hecho evidente: están trabajando por la afirmación de una cultura propia, vital, representativa de todo un pueblo. Y en la medida que lo hacen, están conscientes del valor universal que eso constituye.

Los Quilapayun se iniciaron en 1965 con tres integrantes, y de ese número provino el nombre: en araucano, quila significa tres y payun, barba; comenzaron con el mismo tipo de música que actualmente desarrollan; es decir, la folklórica chilena y la del resto de los países latinoamericanos. Un cancionero vasto y estudiado que recoge un largo camino de aprendizaje político-cultural de nuestros pueblos, punto de partida y de llegada para dar una respuesta verdadera a la realidad cambiante de estos tiempos.

“El grupo Quilapayún actual es de siete músicos, pero el elenco completo está cercano a los cuarenta, entre las que se cuentan varias mujeres. Por ahora este taller, en el cual emplean varias horas diarias de producción, se dedica exclusivamente a la actividad musical, sin embargo están previstas otras tareas culturales. Para continuar con esto, reciben el apoyo de la Universidad Técnica del Estado, quien les entrega las bases materiales para formar nueva gente en este terreno. La investigación y la incorporación de nuevos enfoques es un fin prioritario en el pensamiento de estos jóvenes universitarios que viven de sus respectivas profesiones. Decimos esto porque, en general, no cobran absolutamente ninguno de los recitales que dan en Chile, y muy poco monto reciben de lo que hacen en el exterior. El objetivo es acrecentar y difundir el (…) tona, tanto el antiguo como aquel de nuevas características. En sus declaraciones para Clarín, de las que todos son partícipes, los Quilapayún comentaron:

“Desde el primer instante que decidimos agruparnos definimos el estilo y la orientación general. Lo más decisivo para nosotros es la definición de lo que somos y el tipo de compromiso que hemos asumido. En ese sentido luchamos contra una acepción personalista del arte, sin subestimar el valor del aporte individual. Cuando hablamos de estilo nos referimos a lo siguiente: por encima de cualquier otra consideración le damos un primer lugar a la expresión, al contenido de la canción, se trate de un tema de amor o político. De ahí surgen varias cosas: no hay solistas en el grupo, no hay (…), no tenemos una formación rígida; tampoco para nosotros es estable el hecho de ser siete, puesto que intervienen los que se necesitan para hacer de una canción algo artísticamente válido, concepción que nos ha llevado a llamar gente en dos oportunidades (ahora lo haremos otra vez) para que se una a nuestro trabajo.

De esto surge el respeto por las formas populares, por la canción tradicional folklórica, por la canción indígena. En ese tipo de canciones respetamos la forma. Al mismo tiempo tratamos de dar al conjunto una característica amplia, utilizando ritmos que van desde el Caribe hasta el Cono Sur; tenemos así un repertorio muy variado: más de cien temas y tres cantatas , composición que intenta fomentar la tradición musical popular. Por otra parte, existe un compromiso con los trabajadores, nuestro público más asiduo en Chile. Desde el primer disco que grabamos, la finalidad política fue algo abierto y claro. Esto no significa que toda nuestra música tenga específicamente este carácter, como en el caso de la recuperación de lo indigenista.

Pensamos que nuestro canto tiene que ver con lo que estamos viviendo en Chile y con nuestra línea expresionista de la canción, a diferencia de la línea formalista, la de arreglos muy rebuscados y superrefinación, pero que no están justificados por lo que dice la canción. No están los elementos al servicio de lo que se dice sino al revés, nuestros arreglos son simples y la armonía depende de la expresión. Más exactamente: dosificamos los recursos, según cada tema y no persistimos con los mismos incansablemente. Para nosotros existe una unidad indivisible entre contenido y forma”. Dijeron los Quilapayún en su historia de esperanza.