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12 Cantos de la lucha americana
FuentePeriódico: EL SIGLO Fecha7 Diciembre 1969 PaísChile


Edición transcrita/traducida

LA CONVERSACIÓN con Eduardo Carrasco fue larga. Aprovechamos de mantenerla durante el rato que quedaba libre entre la sesión de la mañana y la tarde del Congreso del Partido Comunista. Hablando a ratos con pasión y entusiasmo, y a veces, con un poco de pena, el “jefe” del Quilapayún fue contando cosas de este grupo de intérpretes que se ha situado, indiscutiblemente, a la cabeza de los conjuntos comprometidos.

- Eduardo: ¿El nuevo disco para el sello “JJ” está dentro de las cosas buenas?

- Claro que sí. Y la alegría que sentimos es que aparece después de haberlo anunciado tanto. Razones de tiempo impedían concretarlo como tal. Ahora ya tenemos 10 de los 12 temas que vienen grabados en él. Hasta ahora todo ha resultado magníficamente bien. El nombre, tú lo conoces. Se llamará “Basta”.

- ¿Por qué razón se hizo este disco, y cómo se inspiró?

- Mira, después de hacer el disco “Por Vietnam”, quedamos con la obligación de superarlo. Ese disco se hizo en precarias condiciones, con horarios de grabación limitados. Fue toda una experiencia que fue muy bien recibida. Para responder a esto aparece el “Basta”. En el se mantiene la línea de compromiso abierto. Compromiso consciente nacido de nuestro contacto con las luchas de los obreros, campesinos y estudiantes. Ahora, tu me dices como se inspiró. Nació de un libro de la musicóloga uruguaya Meri Franco Lao, quien hizo una recopilación de canciones revolucionarias de Latinoamérica. Nosotros seleccionamos algunas de allí y pusimos otras de nuestra investigación. Incluso, un día que buscábamos una para incluirla llegó Willy (Oddó) con el poema “La muralla”, de Nicolás Guillén. Decidimos hacer de él una de las canciones del volumen. Entre todos, hicimos la melodía, un ritmo venezolano, quedando al final un hermoso tema.

- ¿Qué otras canciones vienen?

- “A la mina no voy”, colombiana del siglo 17; “Cueca a Balmaceda”; “Carabina 30 30”, mexicana: “Coplas de Baguala”, argentina; “Basta ya” de Yupanqui; “La carta” y “Porque los pobres no tienen”, de Violeta Parra; “Marcha de los guerrilleros soviéticos”, basada en la guerrilla de río Amur; “La Gaviota”, sobre un poema de Julio Huassi; “Bella Ciao”, canción de los arroceros italianos; y nos falta decidir la última entre “La Plegaria de un labrador”, de Víctor Jara y “Patrón”, una canción de César Isella.

ARGENTINOS

- A propósito de Isella, Eduardo: ¿Qué experiencia han sacado ustedes del contacto con intérpretes argentinos como el nombrado y Mercedes Sosa?

- Es grande. Se conocen cosas que pasan allá. Por ejemplo, nos contaban que para contrarrestar el movimiento llamado “Nueva Canción”, que agrupa a la mayoría de los folkloristas comprometidos, se ha lecho aparecer una tendencia -¡amparada por los gorilas nada menos!- nacionalistas del folklore. Para ello se escudan en una supuesta defensa de la tradición folklórica, orientando la temática a lo que ellos llaman “lo patriótico”. Con decirte que me contaban que alguien sacó un disco dedicado al tiraon Rozas. Hasta ese extremo están llegando.

- ¿Hay varios artistas de éxito comprometido en esto?

- Claro que sí, y esto es lamentable. Nosotros pensamos, para el caso personal, que el éxito no debe ser nunca un factor de compromiso, sino que por el contrario, se debe seguir manteniendo la posición de lucha. El éxito nosotros se lo debemos a los estudiantes y obreros yante ellos tenemos que responder. Ahora, hay muchos artistas nacionales que trabajan y siguen trabajando para el movimiento obrero, pero sin tomar definitivamente este camino. Para los profesionales, esto es comprensible. Deben vivir, mantenerse. Nosotros no hemos hecho del canto una profesión. Podemos ser enteramente comprometidos, para llegar a esto, fundamentalmente, hay que tener una conciencia política y esto creo que la hay en el Quilapayún.

LOS PROBLEMAS

“El Quila” -como le dicen los estudiantes- se ha constituido ya en un grupo de éxito. Ello les ha acarreado problemas que no eluden, pero ni les afligen.

“Hay críticas políticas y personales”, expresa Carrasco, “Muchas no son más que el producto de envidia porque no se esgrime ningún pensamiento frente a lo que nosotros hacemos. Estas vienen desde sectores derechistas -naturalmente que esperábamos que eso sucediera-, pero también desde sectores que deberían estar con nosotros, que deberían comprender nuestra labor. Los primeros -radios, diarios y revistas- deforman y desvirtúan nuestra posición. La verdad es que nunca hemos escondido que estamos con los partidos políticos de Izquierda, porque ellos son representantes organizados de la clase obrera. Nuestros planteamientos han sido públicos y claros, definiendo quienes son nuestros amigos y enemigos. O sea, cantamos contra los imperialiastas y explotadores y en favor de los obreros, campesinos y estudiantes. Tenemos una trayectoria artística que así lo demuestra”.

“Hay otra crítica con no poca envidia, donde se plantea que no somos folkloristas, que no hacemos cosas que respetan la creación del pueblo y que nuestra labor es corrosiva en su producción estética en cuanto al folklore. Creo que al igual que lo ducho por el camarada Luis Corvalán, “Nacionalizar las empanadas y el pastel de choclo”, nosotros tendríamos que hacerlo con el “Canto a la Pampa”, “Contrapunto” o las canciones de Violeta que interpretamos. Es tanto que se nos llega a criticar la vestimenta y por ahí hasta se ha dicho que por sacar el disco “Por Vietnam” -del cual no percibimos un centavo- estábamos traficando con la sangre de los vietnamitas”.

- Pero se ha dicho que ustedes cobraron caro a los Sindicatos, por ejemplo.

- Jamás hemos ganado con el canto. Hemos perdido, como tantos que pierden en esto del folklore. Viajes y más viajes a distintos lugares, nos significan pérdida, por estropeamiento de instrumentos. Cuando algo se nos da, es justamente para reparar instrumental o allegar otro para enriquecer nuestras interpretaciones. Con decirte que cada dos meses, en cuerdas de guitarra gastamos más de medio millón de pesos.

- Quiero decirte -pide cuando la hora de partir se acerca- que nosotros tenemos un gran respeto por lo que hacen los demás compañeros. Nos encontramos, además, en una excelente disposición para trabajar con otra gente. Queremos sacar un disco donde estén contempladas canciones de todos los compositores nuevos. Con el Inti-Illimani, por ejemplo, tenemos un contacto excelente y nos aportamos ideas unos con otros, con Víctor Jara, que por ahí se dice que estamos agraviados, ocurre igual. Es uno de los forjadores del conjunto, y sería ingrato que nos olvidáramos de él. Como tu ves, más que nada nos interesa poder estar con todos. Creemos que esa es la labor de quienes estamos en este frente de combate: Unirnos.

Jaime Chamorro Díaz