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1973 y 2010: las otras dos jornadas en que la Quinta cerró sus puertas
FuentePeriódico: LA TERCERA Fecha27 Febrero 2025 PaísChile


Edición transcrita/traducida

En el Festival de Viña de 1973, la polarización política llegó a la Quinta Vergara durante la presentación de Quilapayún, quienes sufrieron de rechiflas y proyectiles, eso hizo que la organización suspendiera la jornada siguiente en que iban a tocar los Huasos Quincheros. En tanto, en 2010, fue el devastador terremoto 8,8 el que obligó a cancelar la última velada.

En la historia larga del Festival de Viña, solo dos veces se han cancelado noches durante el transcurso del evento. La primera fue en el convulsionado Festival de 1973. Cuando la división política y la polarización del país permeó a la Quinta Vergara.

Ese año, el certamen se desarrolló entre el 2 y el 12 de febrero, y contaba con un cartel en que -además de los artistas internacionales- resaltaban dos nombres acaso representantes de las dos posturas que se enfrentaban: Quilapayún, uno de los buques insignia de la Nueva Canción Chilena, comprometidos con el proyecto político de la Unidad Popular; y Los Huasos Quincheros, símbolos del Chile más tradicional, con los que se identificaba la oposición agrupada en el CODE. Eso sí, ambos estaban programados para días diferentes.

Quilapayún salió a escena durante la tercera jornada, el domingo 4 de febrero de 1973. El problema es que el conjunto de las "Tres bar-bas" se topó con una Ouinta muy tensa. "La comisión organizadora tuvo una muy mala ocurrencia -señaló a Culto el entonces director de la orquesta del festival, Horacio Saavedra-. Eran los dos polos opuestos, y eso se tradujo en una Quinta dividida y muy agresiva".

Para el líder del conjunto, Eduardo Carrasco, esa tensión durante el show del conjunto tiene una explicación. "En los días anteriores al festival, la derecha hizo una propaganda tremenda en las playas y calles de Viña del Mar contra nuestra actuación -recordó a Culto-. Era bastante agresiva, con figuras en las que aparecíamos ahorcados y cosas así. De manera que era obvio que las cosas se iban a poner complicadas. Como en esa época, y en realidad siempre, hemos sido muy queridos en Valparaíso, parte del público consideró una tarea de primera importancia ir a defendernos. Era gente del pueblo de modo que nuestro público copó las galerías del recinto".

De esta manera, al salir a escena, los miembros de Quilapayún fueron recibidos con una ruidosa acogida, puesto que desde las tribunas -con simpatizantes de la oposición - comenzaron a pifiar, mientras que en las galerías -con adeptos al gobierno de la UP- comenzaron a aplaudir furiosamente en defensa de la agrupación. La tensión solo fue en aumento y comenzó a armarse una batahola tremenda. "La participación del conjunto fue recibida por la mayoría del público con una cerrada y mayoritaria silbatina, mientras que grupos de partidarios de los Quila, estratégicamente ubicados en las primeras filas de los palcos y la platea, apoyaban su presentación", detalla Ritmo.

Con el ambiente tenso, Quilapayún ejecutó su "Plan B", pensado en caso de que les costara actuar por las rechiflas. Este consistía en interpretar su repertorio con canciones más políticas. Tal como lo habían planeado, sonaron -entre otras- La batea y Las ollitas.

Pero el público, enardecido, pasó de las palabras a la acción, por lo que comenzó a arrojar proyectiles, algunos dirigidos a los hombres de La Cantata Santa María de Iquique. Carrasco recuerda el momento con vividez: "Las cosas que tiraban no nos tocaban porque el escenario estaba bastante lejos del público. Pero sí caían sobre los músicos de la orquesta".

"Después del tercer tema, los Quilapayún se retiraron -cuenta Ritmo- pero sus partidarios insistían en que volvieran al escenario. El público, entretando [sic], seguía pifiando. Era un griterío ensordecedor. El clima de tensión en la Quinta hacía temer que se produjeran desórdenes más serios".

Tras la salida del escenario de Quilapayún, la jornada apenas pudo seguir adelante, gracias a la presentación del humorista Tato Cifuentes, quien casi heroicamente, logró hacer su rutina y hacer reír al "Monstruo". Fue quizás la noche más difícil de la historia del festival.

Pero la jornada se siguió viviendo en los pasillos y las salas de reuniones. Por acuerdo municipal, el festival se suspendió el lunes 5 debido a los incidentes ocurridos durante la presentación de Quilapayún. ¿Los principales afectados? Los Huasos Quincheros, quienes iban a ser los números estelares de la jornada. Y no solo eso: a diferencia de lo ocurrido este 2025 con la jornada suspendida del martes 25 de febrero, el show de los Quincheros no fue reprogramado. Así no más, en corta y breve ceremonia, Los Huasos Quincheros eran separados de la parrilla.

Mediante un comunicado publicado en la revista Ritmo, Los Huasos Quincheros se declaraban como "apolíticos" y recalcaban que "las expresiones artísticas no deben estar ligadas a ideologías políticas determinadas ni instrumentalizadas". Además catalogaban de "insólita" la medida de ser borrados de la parrilla festivalera, y la criticaron duramente.

El año del terremoto

El Festival de Viña 2010 era producido por la alianza Canal 13-TVN, en el primero de los dos períodos en que ambas televisoras compartieron el certamen antes de que pasara a Chilevisión. Su última jornada, la sexta, estaba programada para el sábado 27 de febrero. Esa noche debían presentarse Los Jaivas, Beto Cuevas y Los Fabulosos Cadillacs, quienes pondrían la fiesta al final.

Sin embargo, a las 3.34 horas de la madrugada de ese sábado un terremoto sacudió a la zona centro-sur del país. De magnitud 8,8 fue uno de los mayores de la historia y afectó a buena parte del territorio nacional.

Según informó el diario mexicano La Jornada: "Varios artistas que participan en el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar fueron desalojados hoy de sus habitaciones en el Hotel Sheraton de ese balneario, luego que un terremoto azotara Chile. Los huéspedes fueron llevados hasta el lobby del hotel a la espera de tener informaciones sobre el movimiento telúrico, en medio de rumores de maremotos, que luego fueron descartados por las autoridades".

A las horas de producido el evento natural, y mientras el país comenzaba lentamente a re-construirse, la organización del festival comunicó la decisión de cancelar la jornada final. La última artista que alcanzó a presentarse fue la colombiana Fanny Lu, en una Quinta con poca gente, pues Ricardo Arjona -quien cerraba originalmente- había pedido pasar a otro momento. El guatemalteco fue el segundo número tras el grupo La Noche.

Con carreteras destruidas y vuelos cancelados, muchos artistas fueron enviados en un charter a Miami, mientras otros fueron trasladados a Santiago. "Todo el proceso duró dos semanas. Un hotel de Vitacura, que aún no se inauguraba, sirvió como centro de operaciones y alojo a managers y a artistas como Beto Cuevas", contó a La Tercera el productor ejecutivo del certamen, Daniel Hernández.

En los años siguientes, hubo otros momentos de suspensión. Debido a la pandemia del Covid-19, el certamen no se realizó durante dos años consecutivos (2021 y 2022). Además, en 2024 los incendios forestales en Viña del Mar obligaron a cancelar la tradicional instancia previa al evento. En este 2025, el corte masivo de energía obligó a reprogramar la tercera noche para el sábado 1 de marzo.

Pablo Retamal N.