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Quilapayún enciende el escenario del pueblo de Circinellu
FuentePeriódico: CORSE-MATIN FechaAgosto 2018 PaísFrancia


Edición transcrita/traducida

GUAGNU: El mítico grupo chileno se presentó el sábado por la noche en la plaza del ayuntamiento. Un concierto excepcional al que asistieron más de 500 personas.

Una fuente de inspiración, casi un modelo para tantos grupos insulares. Las melodías y estribillos de Quilapayún han acompañado a varias generaciones de corsos y continúan siendo retomados y adaptados in lingua nustrale (en lengua corsa). Sus canciones, a menudo con fuerte contenido identitario y reivindicativo, fueron ampliamente asociadas al movimiento militante del Riacquistu (renacimiento cultural corso). Sin duda, eso contribuyó a su fama en la isla. Su compromiso político en su Chile natal incluso les valió el exilio en Francia hace ya cuarenta y cinco años. Por todas estas razones, Quilapayún está como en casa en Córcega. Y el público de Guagnu, muy numeroso, se lo hizo saber.

El sábado por la noche, la plaza del ayuntamiento, en el corazón del pueblo de Dui-Sorru, estaba repleta de gente. Desde toda la isla, los corsos se desplazaron para asistir a este concierto excepcional, organizado gracias al esfuerzo de la asociación Per u Ricordu di Circinellu.

El legendario poncho negro

Un cartel así, y además en un pueblo, es una oportunidad que no se puede dejar pasar. Para ser precisos, esta era apenas la tercera vez, en 53 años de existencia, que la agrupación se presentaba en Córcega. El grupo Primavera, cuyos integrantes en su mayoría son originarios del cantón, fue el encargado de abrir el espectáculo.

Una elección lógica, ya que sus creaciones e inspiraciones también provienen de América Latina, al igual que los numerosos instrumentos que disfrutan utilizar. Su interpretación del tema "Circinellu", del grupo Voci di a Gravona, elevó aún más el ánimo de un público ya entusiasta.

La entrada en escena de Quilapayún fue recibida con calurosos aplausos. Vestidos con su habitual poncho negro, los cantantes y músicos necesitaron apenas unas notas para hechizar a todo el público de Guagnu. Las voces, a pesar del paso del tiempo, siguen siendo claras y profundas. La música, ejecutada a la perfección. El grupo realmente transmite algo especial.

Las canciones se suceden, y entre la multitud, el público comienza a cantar. No solo un estribillo tarareado, sino la totalidad de las letras y en su idioma original. Entre canción y canción, mientras los músicos afinan, el público lanza, como una invitación: “¡El pueblo unido jamás será vencido!”. Esa canción sería la que cerraría el espectáculo.

El final de esta noche memorable culminó con la interpretación de "Dio vi salvi Regina" por parte de Primavera, Quilapayún y una multitud enardecida. Una vez más, la música construyó un puente entre dos continentes.

El concierto fue organizado por la asociación Per u Ricordu di Circinellu.

Jean-François Pacelli