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Quilapayún, las voces "unidas" de la resistencia chilena
FuentePeriódico: L’INDÉPENDANT Fecha28 Enero 2008 PaísFrancia


Edición transcrita/traducida

El mítico grupo chileno celebró su regreso a Perpiñán la noche del sábado, acompañado en esta ocasión por Daniel Mesguich, donde los esperaba un público muy entusiasta, decidido a brindar un triunfo a quienes cantan a Chile desde siempre.

Estaban aquellos cuya color de cabello hablaba por ellos: que vivieron la revuelta contestataria. Estaban aquellos cuya energía fresca decía que la revuelta contestataria, la esperaban. Estaban aquellos cuyas voces, proyectándose hasta el escenario, indicaban un apego visceral al pueblo chileno. Y estaban también todos aquellos que, conmovidos, tocados, exaltados por la fuerza del momento, levantaron el puño para corear “el pueblo unido jamás será vencido”… Porque en verdad se trata del público. De esas cientos de personas de orígenes y pasados distintos, pero con ideales y esperanzas comunes, que vinieron la noche del sábado a aplaudir a quienes, desde hace más de cuarenta años, cantan la esperanza del pueblo chileno.

Una cantata conmovedora seguida de grandes momentos de emoción

Fue con la conmovedora Cantata Santa María de Iquique que los Quilapayún decidieron abrir su recital. El público de Perpiñán pudo descubrir la riqueza de las melodías compuestas por Luis Advis para acompañar los textos poderosos y sobrios que él mismo había escrito para evocar la masacre de 3.600 hombres, mujeres y niños, obreros del salitre que vinieron a reclamar lo que les correspondía, en 1907. Fue la ocasión de oír a Daniel Mesguich entregarse en su papel de narrador, dejando fluir las palabras con su voz profunda y plena, en una armonía infinita con los cantantes y músicos de Quilapayún.

Para la segunda parte de esta velada que les estaba dedicada, Quilapayún decidió llevar al público por las riberas del recuerdo, al compás de los poemas de Pablo Neruda y las melodías de Víctor Jara. Esperanza y revuelta se entrelazaban, impulsadas por las flautas, las guitarras y las percusiones. De La Muralla a El pueblo unido jamás será vencido, el grupo que desde siempre ha querido ser la voz de Chile y de la protesta en un sentido más amplio, ofreció a su público un verdadero espectáculo de ritmos, melodías, emociones y colores musicales. Y suficientes sueños como para seguir levantando el puño por los años venideros.

B.G.